miércoles, 8 de julio de 2009

¿Giro a la Derecha?


Miguel Gomez - Dpto. Análisis de Coyuntura - Funif Rosario - 8 de julio de 2009


El 28 de junio ha pasado y con él, múltiples lecturas se han realizado sobre su resultado. Son varias las cosas que han quedado claras:
- El oficialismo nacional ha perdido algo así como 2.500.000 de votos respecto de la última elección de 20 meses atrás.
- Una vez más, al igual de lo que sucediera en 2007, la fuerza “K” cayó derrotada en los grandes centros urbanos.
- El Frente Para la Victoria y sus respectivos aliados han mantenido el predominio electoral en 14 provincias.
- A la hora de analizar la composición del nuevo Congreso Nacional el FPV ha perdido alrededor de 10 diputados, como así también ya no cuenta con quórum propio en el Senado.
- Las provincias que más fuertemente han estado atravesadas por el conflicto con el “campo privilegiado”, han sido más contundentes en su rechazo a las propuestas del proyecto político que conducen Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
En un par de ellas (Bs. As. y Santa Fe) triunfaron fuerzas que pueden ser claramente identificadas ideológicamente de derecha. Ahora bien, ¿esto significa que la sociedad giró a la derecha? Antes de responder a esa pregunta conviene señalar unas cuantas salvedades.
1. Brevemente, en pocas líneas y a grandes rasgos, definamos qué es ser de izquierda y qué es ser de derecha. En el primer caso, la persona cree en lo colectivo como razón esencial de las prácticas políticas y sociales cotidianas. Afirma su identidad desde un “nosotros” que brega por una distribución más equitativa de lo que un país produce y que reconoce, en la modernidad de los dos últimos siglos, al Estado como el articulador de los intereses de aquello que menos tienen, llevando consigo un rol muy activo en el ámbito de la economía, espacio central de la vida en sociedad.
Ser de derecha por su parte, supone el desafío de que cada individuo luche por mejorar su propio destino, el cual sólo él puede modificar y donde la inventiva personal juega un rol determinante. No está tan interesado en la participación colectiva, ya que, al pagar sus impuestos transfiere su responsabilidad a otros para obtener una vida más segura. El Estado es, cuanto menos, un adversario y no debe inmiscuirse en las decisiones privadas de los hombres ni en aquellas que refieren a la defensa de sus bienes, por ejemplo, una empresa.
2. Una elección de tipo legislativa no necesariamente debe ser pensada bajo la misma modalidad que una donde se juegan cargos ejecutivos. En esta última, el que gana por un voto, inclusive con 2º vuelta mediante, SE LLEVA TODO, mientras que en los comicios legislativos se cumple con el respeto a la proporcionalidad que reflejan los votos.
3. Si bien esta elección de alguna manera fue un intento de plebiscito, no es 100% seguro que en el conjunto nacional, al elegirse candidatos por las distintas jurisdicciones provinciales, algunos resultados no respondan también a las propias lógicas locales antes que a la idea de poner bajo la lupa la gestión y la calidad del proyecto político puesto en práctica desde mayo de 2003.
4. Esta última circunstancia es la que permite visualizar como una cuestión no tan dramática la nueva representación de Diputados, donde el oficialismo hace rato que había perdido el quórum propio y donde la conducción del bloque oficialista, a fuerza de negociaciones constantes, fue logrando un doble objetivo simultáneo: garantizar el número para el comienzo de las sesiones y conseguir los votos necesarios para que algunos proyectos obtuvieran media sanción con amplitud. A su turno, nuevos desafíos tienen por delante los senadores oficialistas, quienes deberán enfrentarse a la nueva situación de no contar con quórum propio.
En resumen, ¿todo esto nos permite inferir que en el voto del 28J “el electorado”, en su gran mayoría, giró a la derecha? Electoralmente hablando, ¿se derechizó la sociedad? Para algunos analistas esto es más que evidente. Otros, tenemos nuestras dudas. Veamos por qué.
Como señaláramos más arriba, si hablamos de derecha o de izquierda, hacemos referencia a una forma de concepción de la política, de la vida y del poder. Más o menos, a grandes rasgos, cualquier lector de coyuntura política intuye si un dirigente juega en un extremo o en otro de este arco ideológico. A partir de esto, definamos a los representantes más rutilantes de la derecha en las regiones más críticas para la gestión del gobierno nacional: Macri, Prat Gay, De Narvaez, Solá, Reutemann y Schiareti, entre otros.
Si de todas maneras, y más allá de las observaciones aquí planteadas, optamos por mirar al conjunto de la elección como un todo nacional; saquemos del análisis entonces a aquellas 14 jurisdicciones donde el oficialismo supuestamente K, ha triunfado.
Tomemos entonces los casos de las 4 jurisdicciones electorales más importantes del país: la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las provincias de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. (Excluimos a Mendoza sin desconocer la importancia del triunfo cobista, pero es dable confesar que cuesta definir al Vicepresidente en el arco ideológico a los fines de este artículo. Digo, si bien Julio Cobos, por momentos se parece más a un dirigente conservador antes que a un “progresista”, lo era inclusive en octubre de 2007 cuando fue en una misma fórmula con Cristina Fernández lo que nos permite contar con el beneficio de la duda respecto de su definición política)
Ciudad de Buenos Aires: la fuerza que conduce el Ingeniero Mauricio Macri, obtuvo el 31,09% de los votos mientras que el Acuerdo Cívico y Social algo más del 19%. Sumados, como representantes de la derecha, superan levemente el 50%. Por el lado de la “no” derecha, sumando la lista de Solanas, Heller, Ibarra y Polino, se llega a casi el 42% de los votos. Si lo cruzamos con los datos de las elecciones de 2007, en aquella oportunidad las fuerzas de derecha (Recrear, CC y UNA) treparon hasta el 68% de los votos. Si se excluyera a la estructura de Lavagna, se alcanza el 60%.
Córdoba: hacemos la salvedad de que a la distancia y a los fines del presente análisis, Luis Juez puede ser definido como un híbrido, ya que más allá de su gestualidad, cuesta definirlo ideológicamente (revisar alianza con el socialismo santafesino por un lado y pedido de eliminación de retenciones por otro). En la elección de Senadores, y si quisiéramos definir al ex intendente de Córdoba como un progresista más allá de su férrea oposición al modelo K, en la última elección, la “no” derecha trepó al 40% de los votos (Frente Cívico, FPV, Frente de Izquierda) mientras que la suma de los votos de Unión por Córdoba más el radicalismo que representa Mestre superan el 52%. Si miramos hacia atrás, en 2007, elección en la que el Partido Nuevo de Luis Juez no presentó candidaturas, la derecha cordobesa llegó al 55% de los votos mientras que la “no” derecha rozó los 20 puntos.
Santa Fe: En ambos casos, sea para los cargos de diputados como para los de senadores, triunfaron las listas que conduce Lole Reutemann. No más de medio punto en la primera y casi un 2% para la segunda. En ambas circunstancias la presencia del socialismo no puede ser soslayada ya que rozó el 40% de los votos. Si a esto le sumamos los números de la lista del FPV y de Proyecto Sur, en esta jurisdicción, la “no” derecha, en diputados, llegó a algo más del 53% de los votos. Si miráramos hacia atrás, en 2007, este segmento había alcanzado el 73% de las preferencias del electorado.
Buenos Aires: Conocida es la resonante derrota del oficialismo en la provincia más importante del país, donde sólo alcanzó algo más del 32% de los votos, perdiendo a manos de la UNION PRO que obtuvo el 34,5%. Si utilizamos nuevamente nuestra categoría de “no” derecha, el 28J, este grupo llegó al 40% de los votos, mientras que la suma de la coalición triunfante más el ACyS, al 55%. En 2007, la relación era otra: la suma del FPV y de los partidos de izquierda llegaba al 50%, mientras que la derecha bonaerense se estiraba como mucho al 37% de los votos.
Como vemos entonces, teniendo en cuenta que los datos de la elección del último domingo de junio son provisionales, sólo 2 jurisdicciones provinciales parecen haberse corrido hacia la derecha: Buenos Aires y Santa Fe, que no son por cierto, distritos menores. En el resto, la idea de “derechización” de la sociedad no parece estar tan definida como algunos analistas desean plantear. Si sería válido, a nuestro entender, hablar de un voto que profundizó su mirada opositora sobre el proyecto K.
Creemos entonces que no es menor la distinción ya que la confirmación o no de un corrimiento de un extremo del electorado determinará no sólo las interpretaciones de lo sucedido hace unos 10 días, sino, y esto es lo más importante, lo que se puede hacer desde un proyecto político que determinó el crecimiento positivo de todos los indicadores macro sociales y macroeconómicos para recuperar el terreno perdido. No parece fácil esta tarea. Pero tampoco lo era el 25 de Mayo 2003.

1 comentario:

  1. Ustedes csi quedan afuera!!! se les mojaron los pañales en ciertas horas del recuento!!! igualmente no son nada pareceidos a la izquierda son totalmente derechistas, asi que no hablen de giro a la derecha porque la derecha nos goberno siempre!!! sino pregunten a la Gerencia de Electroingenieria que gana todas las licitaciones de todos las obras que hay!!! eso no es derecha?

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