jueves, 30 de julio de 2009

La Oposición y sus Márgenes de Autonomía


Lic. Germán P. Martinez

Dpto. Análisis de Coyuntura FUNIF Rosario


"Las entidades estuvieron el lunes demasiado agresivas porque hicieron una conferencia de prensa frente a mil personas, entonces era un discurso más que una conferencia de prensa. Se pasaron de rosca”. La frase pertenece a Felipe Solá, diputado nacional electo por la provincia de Buenos Aires. El ex gobernador bonaerense salió a poner límites a la agenda del campo. Dijo que “no estamos dispuestos a conceder todo, no estamos dispuestos a hacer demagogia ni a pedir lo imposible sino que vamos a las prioridades".
Con más pragmatismo y menos palabras, el senador Carlos Reutemann los mandó –directamente– a negociar con el Poder Ejecutivo. Expresó que “hay demasiada expectativa depositada en el Congreso, pero hay que entender que éste tiene sus tiempos. Mucho más rápida podría ser la reacción del Poder Ejecutivo, que cuenta con los atributos institucionales necesarios para cambiar el escenario con resoluciones efectivas. Una ley, para cambiar, necesita de otra ley, y ese proceso suele ser lento y complicado”, remató el ex gobernador santafesino ante la sorpresa de los invitados en la Bolsa de Comercio de Santa Fe.
Pedro Morini, diputado nacional de la UCR, fue más crudo aún. “Si las corporaciones quieren manejar la política, estamos en el horno. La Mesa de Enlace no puede imponerle a la oposición una agenda, como si fuese un partido político”, dijo. El integrante de la Comisión de Agricultura dijo además que “el tema de las retenciones de la soja no es prioritario, creo que sólo hay que bajarla dos puntos, hasta 33, para que no sea confiscatorio. No creo que sea conveniente bajarlas diez puntos, se desfinanciaría el Estado y hay otras prioridades”. Similares conceptos tuvo Ricardo Alfonsín recientemente en una visita por Venado Tuerto.
Por centroizquierda, otro que pidió una autocrítica de la Mesa de Enlace fue el jefe de bloque de los diputados nacionales de Solidaridad e Igualdad (SI). Eduardo Macaluse dijo: “Creo que la Mesa de Enlace debería hacer una evaluación de su accionar, porque en un año y medio de conflicto, su estrategia no sirvió para solucionar los problemas de los pequeños y medianos productores. Y eso es su responsabilidad y no la del Gobierno”.
¿Qué está pasando que los planes de máxima de la Mesa de Enlace ya no figuran entre las prioridades más urgentes de los principales bloques de oposición? ¿Qué pasó para que los que ayer intentaban juntar quórum en sesiones especiales para bajar las retenciones hoy pidan más prudencia y hasta se animan a criticar sus metodologías discursivas?
Muy sencillo: sienten que por primera vez en mucho tiempo el 2011 puede situarlos en la Presidencia de la Nación. Y que todo lo que hagan y cedan ante las corporaciones son límites para este gobierno pero también para los que vendrán.
En julio de 2008, con el voto “no positivo” de Cobos la corporación expresada detrás de la Mesa de Enlace le puso un límite a la política clausurándole la posibilidad de ponerle un techo a las expectativas de rentabilidad. Recordemos que uno de los fundamentos de la crítica a la movilidad de las retenciones era su supuesta destrucción de los mercados de futuro. El aplanamiento de la curva de retenciones después de determinado valor fijaba un precio máximo que se pagaría al productor sea cual fuere el valor internacional de la soja. Eran tiempos donde la expectativa de cotización superaba ampliamente los seiscientos dólares por tonelada. El problema mayor de la 125 – desde la perspectiva de las patronales agropecuarias - no era su supuesto carácter confiscatorio, ni inconstitucional, ni fiscalista, sino su aspiración por poner límites a la apropiación de la renta en un producto “sin techo” en su valor internacional.
Costará mucho sacar este freno a la capacidad del Estado para poner restricciones al poder económico de un determinado sector de la economía. Con mayorías en ambas cámaras, a 6 meses de las elecciones presidenciales y con el 70 % de imagen positiva, Cristina no pudo cumplir el objetivo. Pasará mucho tiempo para que un gobernante tenga la vocación y -más aún- el poder para incrementar el nivel de las retenciones a la soja. El mensaje de la corporación fue para el kirchnerismo pero retumbará en los oídos de toda la clase política por años.
Por eso ahora sólo se piensa en bajar las retenciones a la soja, aunque el precio internacional y el tipo de cambio vigente determinen un precio por tonelada en pesos similar a la del año pasado. Obviamente, sin tener en cuenta los menores rindes en muchas zonas producto de la sequía. Hoy los proyectos van desde el mantenimiento del 35 % actual (oficialismo) a una reducción al 25 % (Mesa de Enlace) pasando por varias alternativas opositoras. Pero sólo el PRO de Macri y la Coalición Cívica de Carrió parecen sumarse al plan de máxima de las entidades del campo. Uno, es la expresión clara de la derecha neoliberal en la Argentina, lo cual no se contradice con las intenciones de las patronales del campo. La otra, está cada vez más lejos de una posibilidad cierta de llegar al sillón de Rivadavia. En síntesis, uno por ideología, la otra por incapacidad, pero nadie excepto ellos, sigue los planteos maximalistas del campo.
Las demás fuerzas opositoras ponen reparos a la intención de bajar las retenciones a la soja. Muchos no quieren seguir con la “sojización”. Algunos hablan de que “no es prioridad”. Otros se escudan en la “responsabilidad fiscal”. Pero todos, en el fondo, saben que seguir a rajatabla los deseos del campo puede conducirlos a un derrotero de condicionamientos en un futuro no muy lejano si llegan a la Presidencia de la Nación. Si ceden hoy ¿cómo pararlos en una próxima embestida que reclame la eliminación de las retenciones? ¿Cómo responderle a otros sectores de peso en la economía que pueden extorsionar sobre el nivel de empleo?
Los próximos cuatro meses serán por demás de interesantes para la política argentina. No sólo se definirá en qué marco se desarrollará la relación entre el oficialismo y la oposición en el corto y mediano plazo. Sino que serán claves para tener una perspectiva más clara del nivel de autonomía de la política para ponerle límites – en nombre del Bien Común – a las ambiciones de ciertos sectores del poder económico en la Argentina.

1 comentario:

  1. Muy buen articulo. Creo que el deseo de hacer daño al oficialismo cegó a la oposición en un punto de difícil retorno. En definitiva, es posible hoy ver que en esta contienda en donde la mesa de enlace es cada vez más dura, y la oposición más ambiciosa, que quien tiene la posibilidad para crecer es, aunque parezca mentira, el oficialismo. Será momento de aprovechar la oportunidad que ofrece una mesa de enlace q ya no tienta a la clase media como antes y una oposición que por su accionar esta varada o esperar que el próximo gobierno de este país se vea sometido a la regulación agro-empresarial.

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